El cerebro es un órgano del sistema nervioso rico en neuronas con funciones especializadas, localizado en el encéfalo de los animales vertebrados y la mayoría de los invertebrados. En el resto, se denomina al principal órgano ganglio o conjunto de ganglios.
La existencia de primordios cerebrales se ubica al menos en la llamada "Explosión cámbrica", cuando se observan moluscos y gusanos que además de un sistema nervioso vago periférico y difuso distribuido en una simetría radial poseen un conjunto de ganglios neurales que rigen varias actividades del organismo de estos animales primitivos; en los vermes, peripatos, artrópodos y procordados se observa el inicio de la "cerebración", esto es, el inicio de la organización de un conjunto de ganglios nerviosos rectores que sirven de interfase coordinadora entre el interior del cuerpo del animal y el exterior del mismo.
La ubicación cefálica de ningún modo ha sido al azar: en los primitivos vermes, artrópodos y procordados con cuerpo longilíneo y de simetría bilateral (la misma que mantiene el Homo sapiens) el sistema nervioso central se ubica en la parte anterior o delantera ya que es (por ejemplo en un gusano) la primera parte en entrar en un intenso contacto con el medioambiente, del mismo modo histológicamente se puede observar un nexo inicial (embrional) entre las células dérmicas y las nerviosas del cérebro ya que las neuronas serían, mutación y evolución mediante, una gran especialización de células dérmicas. Al tomar postura erguida, animales como los primates, pasan a tener el sistema nervioso central (y su parte principal: el cerebro) ya no en la parte delantera de su cuerpo sino en su parte superior (en ambos casos: su cabeza). También es explicable filogenéticamente la corticalización, esto es la aparición y desarrollo del córtex cerebral a partir del sistema límbico y su progresivo desarrollo en áreas de arquitectura neuronal cada vez más complejas.
Este desarrollo filogénetico se puede percibir ontogenéticamente en cada embrión de animal cordado al observar la llamada "recapitulación de Häckel". La estructura precursora del sistema nervioso es el tubo neural, una estructura que aparece en la parte externa de los embriones en fase gástrula. Este tubo, a lo largo de la embriogénesis, sufre una serie de modificaciones que dan lugar a la estructura madura. El primero de ellos es la aparición de tres expansiones, tres vesículas: el encéfalo anterior, el encéfalo medio y el encéfalo posterior; su cavidad, llena de líquido, es precursora de los ventrículos cerebrales. Después, estas tres vesículas dan lugar a cinco que, en su ganancia de complejidad, sufren una serie de plegamientos que hacen que la estructura no sea ya lineal.
En los vertebrados el cerebro se encuentra ubicado en la cabeza, protegido por el cráneo y en cercanías de los aparatos sensoriales primarios de visión, oído, balance, gusto, y olfato.
Los cerebros son sumamente complejos. La complejidad de este órgano, emerge por la naturaleza de la unidad que nutre su funcionamiento: la neurona. Estas se comunican entre sí por medio de largas fibras protoplasmáticas llamadas axones, que transmiten trenes de pulsos de señales denominados potenciales de acción a partes distantes del cerebro o del cuerpo depositándolas en células receptoras específicas.
La función biológica más importante que realiza el cerebro es administrar los recursos energéticos de los que dispone el animal para fomentar comportamientos basados en la economía de su supervivencia. En base a esto emergen comportamientos que promueven, lo que nosotros denominamos 'bienestar', pero que el animal sencillamente observa como la acción menos costosa que le permite continuar viviendo su presente.
Los cerebros controlan el comportamiento activando músculos, o produciendo la secreción de químicos tales como hormonas. Aún organismos unicelulares pueden ser capaces de obtener información de su medio ambiente y actuar en respuesta a ello.
Las esponjas que no poseen un sistema nervioso central, son capaces de coordinar las contracciones de sus cuerpos y hasta su locomoción.
En el caso de los vertebrados, la espina dorsal contiene los circuitos neuronales capaces de generar respuestas reflejas y patrones motores simples tales como los necesarios para nadar o caminar. Sin embargo, el comportamiento sofisticado basado en el procesamiento de señales sensitorias complejas requiere de las capacidades de integración de información con que cuenta un cerebro centralizado.
La transmisión de la información dentro del cerebro así como sus aferencias se produce mediante la actividad de sustancias denominadasneurotransmisores, sustancias capaces de provocar la transmisión del impulso nervioso. Estos neurotransmisores se reciben en las dendritas y se emiten en los axones. El cerebro usa la energía bioquímica procedente del metabolismo celular como desencadenante de las reacciones neuronales.
Cada neurona pertenece a una región metabólica encargada de compensar la deficiencia o exceso de cargas en otras neuronas. Se puede decir que el proceso se ha completado cuando la región afectada deja de ser activa. Cuando la activación de una región tiene como consecuencia la activación de otra diferente, se puede decir que entre ambas regiones ha habido un intercambio biomolecular. Todos los resultados y reacciones desencadenantes son transmitidos por neurotransmisores, y el alcance de dicha reacción puede ser inmediata (afecta directamente a otras neuronas pertenecientes a la misma región de proceso), local (afecta a otra región de proceso ajena a la inicial) y/o global (afecta a todo el sistema nervioso).
Dada la naturaleza de la electricidad en el cerebro, se ha convenido en llamarlo bioelectricidad. El comportamiento de la electricidad es esencialmente igual tanto en un conductor de cobre como en los axones neuronales, si bien lo que porta la carga dentro del sistema nervioso es lo que hace diferente el funcionamiento entre ambos sistemas de conducción eléctrica. En el caso del sistema nervioso, lo porta el neurotransmisor.
Un neurotransmisor es una molécula en estado de transición, con déficit o superávit de cargas. Este estado de transición le da un tiempo máximo de estabilidad de unas cuantas vibraciones moleculares. Durante ese tiempo, la molécula ha de acoplarse al receptor postsináptico adecuado, caso contrario degrada y queda como residuo en el líquido cefalorraquídeo. Los astrocitos se encargan de limpiar dicho fluido de estos desechos, permitiendo que las futuras neurotransmisiones no se vean interferidas.
El agotamiento somático de la neurona acontece en el momento que las producciones de vesículas con neurotransmisores es inferior a las vesículas presinápticas usadas, llegando a existir potenciales de acción pero sin haber vesículas disponibles para continuar con el proceso. Estos casos se dan muy frecuentemente en los procesos de aprendizaje, en donde la neurona ha de invertir un alto coste en neurotransmisores para que pueda existir una recepción óptima por alguna dendrita cercana y especializada en procesar esa información. Los potenciales de acción no transmitidos, producen iones de calcio en el medio, saturándolo de este ion que es capaz de facilitar la conducción eléctrica. Elevados los índices de este ion, el potencial eléctrico tiene mayor probabilidad de dar el salto a una dendrita cercana, y mediante las fuerzas electrostáticas, mejorar la cercanía entre axón-dendrita, disminuyendo la resistencia y los iones de calcio necesarios en el medio cefalorraquídeo.
De este modo, el esquema de funcionamiento sería el siguiente: la neurona A demanda paquete de energía, la neurona B recibe el estímulo. La neurona B procesa paquete de energía, la neurona B emite paquete de energía con carga eléctrica. El paquete es transmitido por el cuerpo del axón gracias al recubrimiento lipídico de mielina, y es llevado hasta la dendrita de la neurona A que tiene por costumbre recibir ese tipo de paquetes. El triaxón de la neurona B libera el paquete y la neurona A lo descompone y así sucesivamente.
A pesar del gran número de especies animales en los que se puede encontrar cerebro, hay un gran número de características comunes en su configuración celular, estructural y funcional. A nivel celular, el cerebro se compone de dos clases de células: las neuronas y las células gliales. Cabe destacar que las células gliales poseen una abundancia diez veces superior a la de las neuronas; además, sus tipos, diversos, realizan funciones de sostén estructural, metabólico, de aislamiento y de modulación del crecimiento o desarrollo. Las neuronas se conectan entre sí para formar circuitos neuronales similares (pero no idénticos) a los circuitos eléctricos sintéticos. El cerebro se divide en secciones separadas espacialmente, composicionalmente y en muchos casos, funcionalmente. En los mamíferos, estas partes son el telencéfalo, el diencéfalo, el cerebelo y el tronco del encéfalo. Estas secciones se pueden dividir a su vez en hemisferios, lóbulos, corteza, áreas, etc.
A. Vista esquemática de un potencial de acción ideal, mostrando sus distintas fases.
B. Registro real de un potencial de acción, normalmente deformado, comparado con las que fueron utilizadas en el esquema de la medición.
La característica que define el potencial de las neuronas es que, a diferencia de la glía, son capaces de enviar señales a largas distancias. Esta transmisión se realiza a través de su axón, un tipo de neurita largo y delgado; la señal la recibe otra neurona a través de cualquiera de sus dendritas. La base física de la transmisión del impulso nervioso es electroquímica: a través de la membrana plasmática de las neuronas se produce un flujo selectivo de iones que provoca la propagación en un sólo sentido de una diferencia de potencial, cuya presencia y frecuencia transporta la información. Ahora bien, este potencial de acción puede transmitirse de una neurona a otra mediante una sinapsis eléctrica (es decir, permitiendo que la diferencia de potencial viaje como en un circuito convencional) o, de forma mucho más común, mediante uniones especializadas denominadas sinapsis. Una neurona típica posee unos miles de sinapsis, si bien algunos tipos poseen un número mucho menor. De este modo, cuando un impulso nervioso llega al botón sináptico (el fin del axón), se produce la liberación de neurotransmisores específicos que transportan la señal a la dendrita de la neurona siguiente, quien, a su vez, transmite la señal mediante un potencial de acción y así sucesivamente. La recepción del neurotransmisor se realiza a través de receptores bioquímicos que se encuentran en la membrana de la célula receptora. Esta célula receptora suele ser una neurona en el cerebro, pero cuando el axón sale del sistema nervioso central su diana suele ser una fibra muscular, una célula de una glándula o cualquier otra célula efectora. Ahora bien, en el caso de que se trate de que la célula aceptora se encuentre en el sistema nervioso central, ésta puede actuar como una neurona activadora (esto es, que incrementa la señal excitatoria que ha recibido) o bien inhibidora (es decir, que disminuye la frecuencia de los potenciales de acción cuando transmite su señal).
En cuanto a masa cerebral, los axones son sus componente mayoritario. En algunos casos los axones de grupos de neuronas siguen tractos conjuntos. En otros, cada axón está recubierto de múltiples capas de membrana denominada mielina y que es producida por células gliales. De este modo, se habla de sustancia gris como aquélla rica en somas neuronales y de sustancia blanca como la parte rica en axones (esto es, fibras nerviosas).
A nivel de estructura histológica, las preparaciones de cerebro se realizan comúnmente con tinciones argénticas (es decir, que emplean sales de plata como el cromato de plata), como las desarrolladas por Camilo Golgi y Santiago Ramón y Cajal. Puesto que el tejido cortical tiene una gran abundancia de somas neuronales y la tinción argéntica sólo tiñe una fracción de las células presentes, estas técnicas permitieron el estudio de tipos celulares concretos. No obstante, la abundancia de interconexiones entre neuronas dio lugar a diferentes hipótesis sobre la organización del cerebro, como la que sugería que las neuronas eran una red en continuo (sostenida por Camilo Golgi) y como la que indicaba que las neuronas eran entes individuales (sugerida por Cajal, que resultó ser correcta y que recibe el nombre de doctrina de la neurona).
El telencéfalo es la parte más voluminosa del cerebro humano. Cubre por la parte dorsal al cerebelo, estando separado de él por la tienda del mismo. Está dividido por la cisura interhemisférica en doshemisferios unidos entre sí por las comisuras interhemisféricas y poseen en su interior los ventrículos laterales como cavidad ependimaria. Cada hemisferio posee varias cisuras que lo subdividen en lóbulos:
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El lóbulo frontal está limitado por las cisuras de Silvio, de Rolando y la cisura subfrontal.
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El lóbulo parietal está delimitado por delante por la cisura de Rolando, por debajo por la cisura de Silvio y por detrás por la cisura occipital; por dentro, por el surco subparietal. Se extiende en la cara externa del hemisferio, ocupando sólo en una pequeña parte la cara interna.
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El lóbulo occipital está limitado por las cisuras perpendicular externa e interna, por delante; no existe ningún límite en la cara interior del mismo. Se sitúa en la parte posterior del cerebro.
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El lóbulo temporal está delimitado por la cisura de Silvio y se localiza en una posición lateral.
Aun cuando ambos hemisferios humanos son opuestos, no son la imagen geométrica invertida uno del otro. Desde un punto de vista puramente morfológico son asimétricos. Esta asimetría depende de una pauta de expresión génica también asimétrica durante el desarrollo embrionario del individuo, y no está presente en parientes cercanos en la filogenia al humano como puede ser el chimpancé. Por esta razón, el estudio de impresiones craneales de antepasados del género Homo tiene entre sus objetivos determinar la presencia o no de asimetría en el telencéfalo, puesto que es un rasgo de aumento de la especialización, de una capacidad cognitiva más compleja.
Las diferencias funcionales entre hemisferios son mínimas y sólo en algunas pocas áreas se han podido encontrar diferencias en cuanto a funcionamiento, existiendo excepciones en personas que no se observaron diferencias. La diferencia de competencias entre los dos hemisferios cerebrales parece ser exclusiva del ser humano. Se ha dicho que el lenguaje y lalógica (las áreas actualmente más conocidas especializadas en el lenguaje son la Broca y la de Wernicke, aunque al hacer un proceso lingüístico es probable que todo el cerebro esté involucrado -casi indudablemente las áreas de la memoria participan en el proceso del lenguaje-, las áreas de Broca y de Wernicke se encuentran en la mayoría de los individuos en el hemisferio izquierdo; por su parte las áreas más involucradas en la lógica y actividades intelectuales se ubican principalmente en el córtex prefrontal, teniendo quizás las áreas temporales izquierdas gran importancia para procesos de análisis y síntesis como los que permiten hacer cálculos matemáticos) estas áreas dotan al individuo de mayor capacidad de adaptación al medio, pero con procesos de aprendizaje mucho más dilatados, y como tal más dependientes de sus progenitores durante la etapa de cría.
El cerebro procesa la información sensorial, controla y coordina el movimiento, el comportamiento y puede llegar a dar prioridad a las funciones corporales homeostáticas, como los latidos del corazón, la presión sanguínea, el balance de fluidos y la temperatura corporal. No obstante, el encargado de llevar el proceso automático es el bulbo raquídeo. El cerebro es responsable de la cognición, las emociones, la memoria y el aprendizaje.
La capacidad de procesamiento y almacenamiento de un cerebro humano estándar supera aun a las mejores computadores hoy en día. Algunos científicos tienen la creenciaque un cerebro que realice una mayor cantidad de sinapsis puede desarrollar mayor inteligencia que uno con menor desarrollo neuronal.
Hasta no hace muchos años, se pensaba que el cerebro tenía zonas exclusivas de funcionamiento hasta que por medio de imagenología se pudo determinar que cuando se realiza una función, el cerebro actúa de manera semejante a una orquesta sinfónica interactuando varias áreas entre sí. Además se pudo establecer que cuando un área cerebral no especializada, es dañada, otra área puede realizar un reemplazo parcial de sus funciones
El cerebro humano adulto, en condiciones normales, puede generar nuevas neuronas. Estas nuevas células se producen en el hipocampo, región relacionada con la memoria y el aprendizaje. Las células madre, origen de esas neuronas, pueden constituir así una reserva potencial para la regeneración neuronal de un sistema nervioso dañado.
No obstante, la capacidad regenerativa del cerebro es escasa, en comparación con otros tejidos del organismo. Esto se debe a la escasez de esas células madre en el conjunto del sistema nervioso central y a la inhibición de la diferenciación neuronal por factores microambientales.
Recientes estudios apuntan hacia nuevas líneas de investigación, las cuales se basan en la observación de cerebros que han sufrido traumas y en el que se han encontrado neuronas donde debiera haber habido tejido cicatrizal. Ello apunta a que, dado el caso de necesitar las regiones dañadas, las células gliales debidamente estimuladas por las células T o timocitos, pudieran recibir la información que codifique un cambio en su estructura; llegando a transformarse en una neurona.
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- Cada una de las cuales se encuentra interconectadas hasta con 10.000 conexiones sinápticas. Cada milímetro cúbico de córtex cerebral contiene aproximadamente 1.000 millones de sinapsis.
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De todo el peso de nuestro cuerpo, el cerebro solo representa entre el 0,8% y 2% (aproximadamente entre 1.300-1.600 gramos).
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El consumo de energía (en forma de oxígeno y glucosa) del cerebro con relación al resto del cuerpo es aproximadamente del 20%, manteniéndose muy estable en torno a ese valor independientemente de la actividad corporal.
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Por esta razón hay actividades incompatibles entre sí, pues el cerebro varía la cantidad de energía consumida con referencia al sistema circulatorio, y por consecuencia a la del resto del cuerpo. Por ejemplo, si se hace deporte y se queman 1.500 calorías, el cerebro habrá consumido el 20%, del cual ha invertido en activar la región cerebral que controla la parte corporal que a su vez ejecuta las órdenes en las partes físicas que han interactuado con la actividad ordenada por el consciente.
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- Si se trata de estudiar mientras se hace deporte (por ejemplo), la misma energía que el cerebro debería estar empleando para esa actividad, la deriva a otras funciones relacionadas con el aprendizaje, concentración y atención.
- Cuanto más se entrene en realizar varias actividades al mismo tiempo, menos energía empleará el cerebro en realizar esas mismas funciones en un futuro, pues no necesitará crear los enlaces sinápticos necesarios que le permiten ese tipo de "multitarea".
- Diferentes regiones cerebrales entrando en juego con consumos paralelos mermaran la calidad de las actividades.
- El cerebro no puede ni debe consumir más del 20% de la energía general del cuerpo. Es la cantidad que soporta el ser humano, más energía posiblemente desemboque en patologías mentales; menos energía causaría una desconexión inmediata de las partes menos representativas a la hora de conservar el estado homeostático(análogamente a lo que supondría enchufar un electrodoméstico cortocircuitado en su electrónica o sus componentes eléctricos, el cerebro que aumenta su consumo a más del 20% tiene algo roto y el que lo disminuye, es que no le llega el aporte suficiente, el cerebro tiene un consumo nominal dependiente del trabajo a realizar).
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Las mediciones de la densidad neuronal por unidad de volumen, hacen suponer que en un cerebro humano cuya capacidad oscila entre los 1.100 y los 1.500 cc, puedan contener un orden de unos 100 millardos de neuronas, cada una de las cuales se interconecta con otras por un número de sinapsis que va de varios centenares a más de 20.000, formando una red estructural que es unas 100 veces más compleja que la red telefónica mundial. Por otro lado, se han registrado densidades más bajas, las cuales hacen suponer un recuento neuronal de unos 86.000 millones.
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Toda experiencia sensorial, consciente o inconsciente, queda registrada en el aparato neuronal y podrá ser evocada posteriormente, si se dan ciertas condiciones propicias; y algo parecido sucede con nuestro conocimiento hereditario inconsciente que constituye una base de potencialidad aun mucho mayor (Popper, 1980, p. 136-7).
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Igualmente, la vastedad y los recursos de la mente son tan eficientes que el hombre puede elegir, en un instante dado, cada una de las 10.000.000.0004 oraciones diferentes de que dispone una lengua culta (Polanyi, 1969, p. 151).
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El registro fósil actualmente conocido (febrero de 2009) de un cerebro se ha encontrado en cráneos de peces del género inioptengius que vivieron hace unos 300 millones de años.
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El cerebro humano puede almacenar información que "llenaría unos veinte millones de volúmenes, como en las mayores bibliotecas del mundo" (Cosmos, por Carl Sagan, 1980, p. 278).
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"El cerebro del infante humano, a diferencia del de cualquier otro animal, se triplica en tamaño durante su primer año"(The universe Within, por Morton Hunt,1982, p.44).
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El cerebro del hombre "está dotado de una potencialidad considerablemente mayor de la que se puede utilizar durante la vida de una persona"(Encyclopedia Britannica, 1976, Macropedia, tomo 12, p. 998).
Estos y otros datos similares nos llevan a concluir que el cerebro humano es la realidad más eficiente en cuanto a consumo y transformación de la energía se refiere, en lo que nos hemos podido encontrar en este universo. Es una verdadera máquina de la transformación de la energía y un ejemplo a seguir por los estudiosos de la termodinámica. Nos podemos preguntar qué sentido o significado tiene, o qué función desempeña, esta asombrosa capacidad del cerebro humano que reside en su optimizada manera de memorizar y en su constante aumento de la velocidad de procesar información.
Desde el corazón la sangre arterial, cargada de oxigeno y de nutrientes, es impulsada a través de la arteria aorta para ser distribuida a todos los órganos de nuestro organismo con la finalidad de aportar las sustancias imprescindibles para el mantenimiento de su actividad metabólica.
El encéfalo es irrigado por cuatro grandes arterias, que emergiendo desde la Arteria Aorta ascienden por el cuello hasta penetrar en el cráneo. Las arterias que irrigan el encéfalo son simétricas a ambos lados del cuello.
Por la porción anterior del cuello ascienden las arterias carótidas comunes y por la porción posterior ascienden las arterias vertebrales que hacen parte de su recorrido ascendente protegidas dentro de las vértebras cervicales. Las arterias carótidas comunes se dividen en dos ramas, la Carótida Externa, que nutrirá fundamentalmente estructuras extracraneales (lengua, cavidad oral, faringe, cara, músculos cervicales…) y la Carótida Interna, que penetrando en el cráneo aportará sangre a la mayor parte de la porción anterior del encéfalo que conocemos como cerebro. Las Arterias Vertebrales entran en la cavidad craneana uniéndose y formando un tronco común que conocemos como Arteria Basilar, que irrigará el cerebelo y el tronco cerebral.
Las arterias carótidas internas y la arteria basilar se dividen a su vez en ramas de calibre cada vez mas pequeño que, distribuyéndose por toda la superficie cerebral, discurren por el espacio subaracnoideo y penetran en el tejido encefálico asegurando la nutrición del mismo.
Delgadas venas emergen de la sustancia del encéfalo, forman plexos venosos a nivel de la piamadre y drenan en las venas cerebrales. Estas a su vez, atraviesan el espacio subaracnoideo y abocan en los senos venosos de la duramadre.
Se describen pues, un sistema de venas cerebrales, las cuales se clasifican en un grupo superficial y otro profundo, y un sistema de senos venosos, entre los cuales se incluyen los senos de la convexidad, los senos de la base y los senos intermedios. Todos ellos van a drenar finalmente en la vena yugular interna que emerge de la base del cráneo y desciende formando el paquete vasculonervioso cervical.
En cuanto a las venas cerebrales, estas se diferencian de las arterias homónimas por su volumen considerablemente mayor y además por su situación, ya que si bien las arterias se pierden en lo profundo de las cisuras, las venas preferentemente corren por la superficie libre de las circunvoluciones.
Sin embargo, su característica más notable quizás, es la ausencia de una capa muscular en lo tenue de su pared. Por otra parte, son avalvulares y se intercomunican ampliamente entre sí a través de numerosos canales anastomóticos.
Con respecto a los senos venosos, estos se encuentran entre las capas perióstica y meníngea de la duramadre, por lo cual sus paredes están constituidas por un tejido fibroso diferente al de otra venas. De ahí que presentan una mayor rigidez, una acentuada tensión y no colapsan con facilidad. Su luz está revestida por endotelio y al igual que las venas cerebrales, no contienen válvulas y su pared está desprovista de musculatura.
A continuación, se detallan el origen, trayecto y distribución de los sistemas venosos citados más arriba.
VENAS CEREBRALES
Se distinguen un grupo superficial y uno profundo. El primero drena la corteza y la sustancia blanca subcortical y desemboca principalmente en los senos sagital superior o en los senos de la base. El segundo drena el plexo coroideo, las regiones periventriculares, el diencéfalo, los núcleos basales y la sustancia blanca profunda; desemboca principalmente en las venas cerebrales internas y en las venas de Galeno.
VENAS CEREBRALES SUPERFICIALES
También conocidas como venas de las circunvoluciones, se originan en el córtex cerebral y en la sustancia blanca subcortical; se dirigen hacia la piamadre donde abocan en ramos cada vez más voluminosos y finalmente drenan en los senos venosos. Comprenden:
Venas cerebrales superiores: en número de 10 a 15, reciben la sangre de las superficies convexa y medial del encéfalo. Se reparten en cuatro sistemas: frontal, rolándico, parietooccipital y occipital y se abren finalmente en el seno longitudinal superior o en sus lagos venosos.
Venas cerebrales inferiores: drenan la superficie basal del hemisferio y la porción inferior de su cara lateral. Las de la cara externa o sistema temporal se vacían generalmente en la vena media superficial que termina en los senos cavernoso y esfenoparietal. Las de la cara interna lo hacen en el seno longitudinal inferior y en la gran vena de Galeno.
Vena cerebral media superficial: corre a lo largo de la cisura lateral y recibe afluentes de la superficie lateral de los hemisferios. Recibe además ramas anastomóticas, entre las cuales las más constantes son la anastomótica superior de Trolard que la conecta con el seno longitudinal superior y la anastomótica inferior de Labbé que la conecta con el seno lateral o transverso. Desemboca finalmente en el seno cavernoso.
VENAS CEREBRALES PROFUNDAS
Reciben la sangre de los núcleos grises centrales, de las paredes ventriculares y de una gran parte del centro oval. Además están vinculadas con el drenaje de los plexos coroideos, la sustancia medular profunda, el núcleo caudado y las porciones dorsales del núcleo lenticular y del tálamo. Las de mayor importancia son:
Venas cerebrales internas: también conocidas como venas de Galeno, son dos troncos voluminosos que se originan en la extremidad anterior de la tela coroidea; se dirigen en sentido anteroposterior entre las dos hojas de la misma para llegar a la cara rostral de la cisterna cuadrigémina y ahí reunirse en un tronco único, la gran vena de Galeno. Reciben a las venas talamoestriada, coroidea, septal, epitalámica y ventricular lateral, de cada lado.
Venas basales de Rosenthal: nacen cerca de la cara medial de la parte anterior del lóbulo temporal. Reciben tributarias de la superficie medial y del asta temporal, entre ellas a la vena cerebral anterior, cuyo trayecto parecen continuar, a la vena cerebral media profunda y a las estriadas profundas.
Gran vena cerebral de Galeno: vena corta, medial, de paredes delicadas y fácilmente desgarrable; formada por la unión de las dos venas cerebrales internas, recorre una longitud aproximada de 1 cm, se flexiona de abajo hacia arriba en el rodete del cuerpo calloso y desemboca finalmente en la extremidad anterior del seno recto. En su trayecto recibe a las venas basales, basales internas, occipitales y callosa superior.
Los estudios de angiografía proveen información valiosa y útil acerca de las venas cerebrales. Por ejemplo, el hecho que las venas superficiales frontales se llenan antes que las venas parietales y que las profundas son las últimas en llenarse. Sin embargo, desde el punto de vista de radiología diagnostica estas venas profundas son más importantes que las superficiales, por el hecho de que las últimas presentan frecuentes variaciones en su configuración.
SENOS VENOSOS DURALES
Su función principal es recibir sangre desde el encéfalo y del líquido cefalorraquídeo y avenarla finalmente a través de las venas yugulares internas. Además, permanecen conectados a las venas diploicas del cráneo y a las venas del cuero cabelludo, por medio de las pequeñas venas emisarias.
SENOS VENOSOS DE LA CONVEXIDAD
Seno longitudinal superior: también llamado sagital superior, se encuentra a nivel del borde superior adherido de la hoz del cerebro. Su origen anterior se da en el agujero ciego donde a veces recibe una vena de la cavidad nasal. Se dirige en sentido ventrodorsal, primero a lo largo de la cresta frontal y luego del surco sagital superior, aumentando gradualmente de tamaño. Recibe en su recorrido a las venas cerebrales superiores.
En su porción central contiene lagos venosos que varían en tamaño y número. Estos reciben a las venas diploicas, meníngeas y emisarias y numerosas vellosidades aracnoideas protruyen en su interior. Termina a nivel de la protuberancia occipital interna, desembocando en la llamada confluencia sinusal o prensa de Herófilo.
Senos trasversos: son los senos laterales, que se originan en la prensa de Herófilo y se dirigen transversalmente y ligeramente hacia adelante a lo largo de un surco del hueso occipital. En la unión occipitopetrosa reciben a los senos petrosos superiores de cada lado y se curvan hacia abajo y atrás, continuándose como senos sigmoideos.
Seno occipital: seno pequeño que ocupa el margen fijo de la hoz del cerebelo. Se origina en la cercanía del agujero occipital donde se comunica con las venas vertebrales. Drena finalmente en la confluencia de los senos.
Senos sigmoideos: se originan como continuación de los senos transversos, giran hacia abajo y adentro y surcan la porción mastoidea del hueso temporal. Luego siguen hacia delante y abajo, emergen a través de la porción posterior del agujero rasgado posterior y se continúan con el bulbo superior de la vena yugular interna.
SENOS VENOSOS DE LA BASE
Senos esfenoparietales: pequeños senos que cursan el borde posterior libre del ala menor del esfenoides. Desembocan en el seno cavernoso de cada lado.
Senos cavernosos: ubicados en la fosa craneal media a cada lado del cuerpo del esfenoides, la silla turca y la hipófisis. Consisten en grandes redes de canales venosos comunicantes determinadas por una serie de trabéculas que atraviesan su interior. Se extienden desde la cisura orbitaria superior por delante, hasta el vértice de la porción petrosa, por detrás.
Rostralmente reciben al seno esfenoparietal, y a las venas oftálmicas superior e inferior, a través de la hendidura esfenoidal. Tienen como otras tributarias, a las venas cerebrales inferiores y a la central de la retina, para ir a drenar finalmente en los senos petrosos superior e inferior.
Estos senos cavernosos encierran además al tercero y cuarto nervios craneanos y a la rama oftálmica del quinto, que corren por sus paredes laterales. La arteria carótida interna, su plexo nervioso y el sexto nervio craneano también están contenidos en ellos, separados de la sangre por un revestimiento endotelial.
Seno coronario: a menudo llamado seno circular, conecta a los senos cavernosos de cada lado, como un anillo que envuelve a la hipófisis. Formado por los senos intercavernosos anterior y posterior, establece una importante relación con la vena facial a través de la vena oftálmica, a la cual recibe.
Senos petrosos superiores: localizados sobre el borde superior de la porción petrosa del hueso temporal. Cada uno drena el seno cavernoso en el seno transverso.
Senos petrosos inferiores: pequeños senos localizados en el borde inferior del peñasco. Cada uno drena el seno cavernoso de cada lado en el bulbo superior de la vena yugular interna.
SENOS VENOSOS INTERMEDIOS
Seno longitudinal inferior: también llamado sagital inferior, ocupa el borde inferior libre de la hoz del cerebro. Corre en dirección caudal y en el margen libre de la tienda del cerebelo, se une con la gran vena cerebral de Galeno, formando así el seno recto. Recibe algunas venas cerebrales desde la superficie medial de los hemisferios.
Seno recto: originado por la confluencia del seno longitudinal inferior y la gran vena cerebral de Galeno, se dirige hacia abajo y atrás a los largo de la línea de unión de la hoz y la tienda del cerebelo. Termina desembocando en la confluencia sinusal.
DRENAJE VENOSO DE LA MÉDULA ESPINAL
Las venas medulares se forman por la reunión de vénulas que parten de las redes capilares de la médula. En el interior de la médula se describen las intramedulares y en la superficie de la misma, las perimedulares. Finalmente, se describen las vías eferentes.
VENAS INTRAMEDULARES
Se originan tanto en la sustancia gris como en la blanca y tienen un trayecto radiado que se dirige hacia la superficie. Emergen por distintos puntos:
Venas medias anteriores y posteriores: salen por los surcos medios anterior y posterior, respectivamente.
Venas radiculares anteriores y posteriores: emergen por los surcos colaterales anterior y posterior, respectivamente.
Venas periféricas: desembocan en la superficie de la médula, pero en puntos distintos a los señalados anteriormente.
VENAS PERIMEDULARES
La red perimedular se origina por anastomosis de las venas medulares que llegan a la superficie. Se compone de seis conductos longitudinales, tres anteriores y tres posteriores, que nacen por condensación de venas variables en dirección y volumen:
a) Sólo uno de los tres conductos anteriores corre por el surco medio anterior con el nombre de vena media anterior; los dos restantes, las venas laterales anteriores, son más pequeños y siguen la emergencia de la raíces medulares anteriores.
b) Asimismo, uno de los conductos posteriores corre por el surco medio posterior y recibe el nombre de vena media posterior; el comportamiento de las venas laterales posteriores es también análogo, pues emanan a todo lo largo de las emergencias de las raíces raquídeas posteriores.
VÍAS EFERENTES
Estas son las venas encargadas de drenar todas las anteriormente descritas, siguiendo un trayecto que conduce a las redes extrarraquídeas. Se dirigen en dirección al agujero de conjunción, unas siguiendo a las raíces raquídeas anteriores y otras a las posteriores.
Por lo general, existe una vena por cada dos raíces y eventualmente se encuentra sólo una para tres raíces. En cuanto a su dimensión son bastante variables, siendo más desarrolladas las que siguen a las raíces posteriores y aún más desarrolladas a nivel de los nervios lumbares.
Por último, van a abrirse en la grandes venas de conjunción, las cuales drenan finalmente en las extrarraquídeas: a)venas vertebrales a nivel cervical, b)venas intercostales a nivel torácico, c)venas lumbares a nivel lumbar, y d)venas sacras laterales a nivel de la pelvis.